Su escapada de lujo en el primer litoral de la Costa Brava

La época ideal para visitar la Costa Brava depende del tipo de vacaciones que busque. Si su objetivo son las clásicas vacaciones de playa con baño en el mar, el mejor periodo es de junio a septiembre. Es entonces cuando el tiempo es más cálido y estable, y las aguas costeras alcanzan temperaturas agradables. Hay que tener en cuenta que julio y agosto son el pico de la temporada: las playas y los restaurantes están especialmente abarrotados, y los precios alcanzan su punto más alto.

Para quienes planeen hacer más caminatas, visitas turísticas o actividades como senderismo por el Camí de Ronda o ciclismo, el final de la primavera (mayo, junio) y el principio del otoño (septiembre, octubre) son perfectos. En esta época, la temperatura del aire (+20...+25°C / 68-77°F) es más agradable para dar largos paseos, y hay menos turistas. También es una opción excelente para quienes quieran ahorrar dinero y evitar las multitudes.

La Costa Brava es el destino perfecto para unas vacaciones en familia, combinando playas, naturaleza y diversión. El principal placer es explorar las acogedoras calas de suaves pendientes y aguas transparentes, como Cala Sa Boadella, en Lloret de Mar, o la espaciosa playa de Platja d'Aro. Las excursiones en barco con fondo de cristal o los paseos por la costa en el sendero Camí de Ronda, así como una visita al parque acuático Water World, son igualmente emocionantes. Las familias activas pueden alquilar kayaks para llegar a cuevas escondidas.

No olvide añadir un poco de cultura en un formato interesante para los niños. El surrealista Teatro-Museo Dalí de Figueres es como un gran laberinto con divertidas exposiciones. Un paseo por las calles empedradas de los pueblos medievales de Pals o Peratallada parece un viaje en el tiempo, y las ruinas de la ciudad grecorromana de Empúries, junto al mar, permiten combinar la historia con un baño. Para cambiar de ritmo, puede dirigirse al parque natural de los Aiguamolls de l'Empordà para observar aves o a Marineland para asistir a un espectáculo de delfines.

Platja d'Aro es famosa por su playa principal (Platja Gran), una larga (unos 2,2 km) y ancha extensión de arena fina y dorada con una pendiente muy suave hacia el agua. Esto la convierte en un lugar ideal y seguro para unas vacaciones con niños pequeños. La playa está bien equipada: ofrece alquiler de hamacas y sombrillas, duchas, aseos, puntos de primeros auxilios y numerosos bares y restaurantes justo en el paseo marítimo. Hay parques infantiles instalados a lo largo de toda la playa. Está muy concurrida durante la temporada alta, pero debido a su tamaño, no se siente abarrotada.

Si busca lugares más apartados y pintorescos, hay varias calas pequeñas en los alrededores. Por ejemplo, Cala del Pi, situada al norte de la ciudad y rodeada de pinos y acantilados, ofrece un ambiente más tranquilo y aguas cristalinas, pero es más pequeña y puede llenarse rápidamente.

En general, las playas de Platja d'Aro son una opción a favor de la comodidad, el confort y una completa gama de servicios para unas relajadas vacaciones en familia.